martes, 2 de octubre de 2012

HIGHBURY EN EL RECUERDO.

        El paso del tiempo es duro. Aparecen las arrugas, las canas, se cansa uno mas y en el mundo del fútbol van desapareciendo muchos de los templos que en su vida fueron testigos de grandes gestas.

Como es evidente, para que un estadio pueda elevarse a la categoría de mítico debe haber tenido una larga vida. Y, sin lugar a dudas, un feudo que se gana por derecho propio este calificativo es el Arsenal Stadium, más conocido por Highbury Park, puesto que se mantuvo en pie durante casi un siglo.

Con todo, el césped de 100x67 metros de Highbury Park ha tenido la suerte de ver jugar en sus entrañas a futbolistas de la talla de Tony Adams, Marc Overmars, Robert Pires o incluso del mismísimo Thierry Henry.


Fue construido en el año 1913, justo en el mismo año en el que el Woolwich Arsenal se trasladó de Plumstead precisamente al distrito que le da nombre a las instalaciones, Highbury. Su construcción costó 125.000 libras, o lo que es lo mismo, unos 155.378 euros al cambio actual. El primer encuentro que acogería sería un Arsenal - Leicester de la segunda división inglesa que finalizó con la victoria local por dos tantos a uno.
Sobre su césped también se disputaron partidos de rugby especialmente durante la década de los años 20. Entonces cabían hasta 12.000 espectadores en sus gradas.Con todo, el deporte rey fue adquiriendo importancia y notoriedad y la afluencia del público era cada vez mayor, por lo que a partir de 1936 se decidió iniciar una remodelación que ampliara el aforo cuyo coste ascendería hasta las 175.000 libras.
Una de sus fachadas fue derribada durante la Segunda Guerra Mundial, aunque se levantó de nuevo para albergar las eliminatorias previas de los Juegos Olímpicos de 1948. Con todo, volvería a ser ampliado y mejorado ya a principios de los año 90, sobre todo tras la tragedia de Hillsborough que causó 95 muertes durante la semifinal de la FA Cup que disputaron el Liverpool y el Nottingham Forest el 15 de abril de 1989. Dicha remodelación se tradujo en un coste de 22,5 millones de libras.






    Fue nostálgico, incorregible, pero el Emirates, con todo lo fashion que se le considere, jamas tendrá el olor a fútbol del viejo Highbury, como el City of Manchester no tiene el alma del difunto Maine Road, ni el nuevo estadio del Derby tiene la magia del inolvidable Baseball Ground.








AQUI OS DEJO EL COMENTARIO DE UN DESCONOCIDO AMANTE:La primera vez que fui a Londres tenía como visita imperiosa el viejo Highbury, tan mítico por su historia como por su aureola auténticamente futbolera. Me acuerdo que al salir de la boca del metro no se veía el estadio como era de esperar. De hecho, gran parte de Highbury estaba rodeado y escondido, ya que no era muy alto, por casitas típicas inglesas. Sólo se distinguía la gran fachada art-déco que han conservado. Desde entonces he estado en otros estadios ingleses pero ninguno guarda tanto encanto y esencia como Highbury en sus tardes/noches de futbol, por su encuadre, su ambiente hogareño dada la proximidad jugadores-hinchas, etc. Es una lástima que en estos tiempos el negocio (es decir, los ingresos) estén por encima de todo y se esté acabando con estadios emblemáticos para poder mantener el status.

DEDICADO A RAUL MATIENZO.

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