Se dice que hay varias clases de amor
y que el más puro es el que implica una unión entre amado y amante que
transciende lo físico. En estos casos se desechan las cualidades
exteriores y, mientras no varíe el interior, la llama de la pasión
persistirá.
Amar espiritualmente a alguien no
implica descuidar el aseo personal. Por eso cada mañana al levantarme me
lavo la cara y me cepillo los dientes. Hoy no es una mañana cualquiera,
hoy he quedado con él. Me pregunto qué estará haciendo, yo no paro de
pensar en él. Esta tarde va a ser grande. Me encanta ir a su casa y
disfrutar del ambiente, me excita esa incertidumbre de no saber con que
me va a sorprender esta vez y la verdad es que cada vez que voy a
visitarle me siento especial. Cuando estoy con él, me siento parte
integrante de una élite. Sé que tiene muchos pretendientes y que muchos
sienten lo mismo que yo pero no me importa, solo espero que me
recompense y me haga sonreír.
Solo lo veo una vez a la semana, el
trabajo no me permite demasiadas licencias. Aguanto ocho horas al día,
cinco días a la semana y él se ha convertido en mi premio más ansiado.
Le defiendo a capa y espada ante cualquier afrenta y creedme, muchos son
los que ponen en duda su honor pero, donde otros ven campesinas
mostachudas yo veo doncellas excelsas.
No sé exactamente cuando empecé a amarle, ya no me acuerdo, quizás
sea algo genético. Solo sé que sudo y se me acelera el pulso cuando le
hago compañía, solo sé que tartamudeo y hago locuras, solo se que me
emociono cada vez que accedo a la tribuna de un estadio.TEXTO EXTRAIDO DE FUTBOL DE LUJO.
Imprimir



No hay comentarios:
Publicar un comentario